Los migrantes, algunos con niños en brazos, cruzan día y noche el río Grande (conocido como río Bravo en su orilla sur) entre México y Estados Unidos con la esperanza de obtener asilo.
Para muchos inmigrantes sin papeles, particularmente hombres adultos, lo que esperaban que fuera una puerta abierta gracias al presidente de Estados Unidos, Joe Biden, está resultando ser una puerta giratoria de regreso a México.




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