El funeral se ha llevado a cabo en la ciudad de Jan Yunis, en el sur de la Franja de Gaza, mientras los palestinos coreaban consignas contra el régimen de Tel Aviv y llamaban a la lucha contra este régimen tras el traslado de la embajada de EE.UU. por Gobierno de Donald Trump a Al-Quds (Jerusalén) y reconocer a dicha urbe como la capital del régimen israelí.
Los grupos pro derechos humanos han denunciado que los soldados israelíes emplean munición real contra los manifestantes palestinos, “que no suponen una amenaza” para su vida.
Los asesinatos cometidos por el ejército israelí, así como la escandalosa decisión de Washington sobre Al-Quds, han sido condenados por numerosos países del mundo, incluso por aliados europeos de Israel.
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