• El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, llega a la reunión semanal del gabinete, en Londres, 18 de abril de 2017.
Publicada: miércoles, 19 de abril de 2017 16:48

El ministro de Exteriores británico sugiere que el Reino Unido podría unirse a EE.UU. en futuros ataques contra Siria, aunque el Parlamento lo desaprueba.

Boris Johnson aseguró que el Reino Unido podría unirse a los ataques aéreos estadounidenses contra el "monstruo" —así llamó al presidente sirio, Bashar al-Asad—, en Siria, a pesar de que el Parlamento británico ha votado en contra de una intervención en el país árabe.

"No se nos ha pedido apoyo específico, pero es mi convicción –insisto en que aún no se ha adoptado tal decisión– que si tal solicitud se formulara en el futuro y si fuera una petición razonable con objetivos similares, sería muy difícil para el Reino Unido decir 'no'", afirmó el martes el alto diplomático británico en una alocución en el Parlamento donde abordó otros temas, como la situación en Siria.

No se nos han pedido apoyo específico, pero es mi convicción –insisto en que aún no se ha adoptado tal decisión– que si tal solicitud se formulara en el futuro y si fuera una petición razonable con objetivos similares, sería muy difícil para el Reino Unido decir 'no'", afirma el ministro de Exteriores británico, Boris Johnson.

De hecho, Johnson insinuó que el Reino Unido está listo para apoyar a Washington no sólo política sino también militarmente. Lo dijo al responder a una pregunta de un diputado que cuestionaba si él y el Gobierno se sienten "obligados" a obedecer la decisión parlamentaria de no intervenir en Siria.

Al evaluar el reciente ataque de Estados Unidos contra una base siria, el ministro dijo que Washington actuó "con el pleno apoyo del Gobierno británico", dando por cierto que el supuesto ataque químico en la provincia siria de Idlib lo hizo Damasco tal y como afirmaron las autoridades estadounidenses sin haber presentado pruebas para justificar su bombardeo.

Las declaraciones de Johnson evidencian un cambio en la política que sigue el Reino Unido sobre Siria desde que una dramática votación sobre este tema en la Cámara de los Comunes acabara en 2013 con una aplastante derrota para los partidarios del intervencionismo que defendía el entonces primer ministro David Cameron.

Aunque la derrota en el Parlamento supuso un duro golpe para las ambiciones de Cameron, este admitió que, pese a creer "firmemente" en la necesidad de una intervención militar en Siria, quedaba claro que el Parlamento, que reflejaba la opinión del pueblo británico, "no quiere ver en acción a las fuerzas militares británicas".

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