Así revelan los documentos recién desclasificados publicados el viernes por el portal National Security Archive, una institución de investigación y archivo no gubernamental, sin fines de lucro, con sede en Washington, D.C.
“Es obvio que combinando las fuerzas de la República de Corea y EE.UU. ganaremos la guerra”, le dijo el entonces secretario de Defensa, William Perry, al presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, en aquel momento. “Pero la guerra implica muchas bajas en el proceso”, añadió.
Los textos revelan además, que la Casa Banca decidió entablar una negociación con Pyongyang cuando ya estaba muy preocupado en 1997 por la posibilidad de que “una Corea del Norte muerta de hambre” —debido a la escasez de alimentos a causa de los embargos internacionales— se convirtiera en una "situación peligrosamente caótica".
Clinton empezó en aquel entonces un diálogo cuadripartito —EE.UU., Corea del Norte, Corea del Sur y China—, una discusión que tenía que ser “lo suficientemente flexible como para abarcar una amplia gama de opciones”, desde un “colapso” de Pyongyang hasta “reformas significativas que darían al régimen norcoreano vitalidad renovada”.
Asimismo, los textos desvelan que ni la administración de Clinton, ni la de su predecesor George Bush, tenían esperanza de que la crisis en la península de Corea tuviera una resolución rápida y fácil. En aquel momento EE.UU. tenía como objetivo encontrar un mecanismo que proporcionara a Washington y a sus aliados “garantías completas y verificables de que Pyongyang no tenía un programa de armas nucleares”.
No obstante, la administración de Clinton cambió su decisión sobre usar la opción militar contra Corea del Norte posiblemente, porque, tras estudiar este plan entendió claramente que una guerra tendría terribles consecuencias.
Es obvio que combinando las fuerzas de la República de Corea y EE.UU. ganaremos la guerra”, le dijo el entonces secretario de Defensa de EE.UU., William Perry, al presidente de Corea del Sur, Kim Dae Jung, en aquel momento.
Los documentos son publicados en momentos de gran tensión en las relaciones entre Washington y Pyongyang. Corea del Norte, que enfrenta mayor presión internacional y nuevas sanciones debido a su programa nuclear, advierte que EE.UU. está “suplicando por una guerra nuclear”.
Pyongyang insiste en que realiza sus pruebas nucleares y balísticas sobre la base de su “derecho a la autodefensa” ante la “hostilidad” de EE.UU.
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