Según ha informado este sábado el rotativo israelí Maariv, Trump, debido a las presiones ejercidas por Jordania y Egipto ha decidido retroceder en su decisión de trasladar la embajada estadounidense ante el régimen israelí de Tel Aviv a Al-Quds (Jerusalén).
Dicho rotativo asegura que el rey de Jordania, Abdolá II, durante su visita a Washington (la capital estadounidense), le presionó a Trump y le aconsejó no trasladar la embajada norteamericana ya que dicha medida pondría en peligro la seguridad y la estabilidad en el Oriente Medio.
Además, el rey jordano había advertido a los congresistas estadounidenses que las declaraciones del mandatario de EE.UU. sobre el traslado de la embajada ya habían causado que aumente la ira y la desconfianza de los pueblos árabes y musulmanes hacia Estados Unidos.
Maariv también añade que, además de las presiones de Egipto y Jordania, los servicios secretos del régimen de Israel están preocupados por las repercusiones de dicha medida y advierten que el traslado de la representación diplomática estadounidense podría generar varios ataques de represalia palestinos.
El traslado de la embajada de EE.UU., una de las promesas de Trump durante su campaña electoral, ha provocado una gran polémica, con negativas reacciones a nivel internacional. La Unión Europea (UE) y las autoridades palestinas condenan esta medida y advierten de las repercusiones. El ministro francés de Exteriores, Jean-Marc Ayrault, alerta de las “graves consecuencias” si dicha decisión se lleva a la práctica.
El muftí de Al-Quds, Mohamad Husein, advirtió en su último sermón de viernes en la Mezquita Al-Aqsa de que el mero “compromiso” de trasladar la embajada de EE.UU. a Al-Quds es un ataque no sólo a Palestina, sino “a los árabes y a los musulmanes”, y recordó que el conjunto de los acuerdos internacionales reconocen que Al-Quds es una ciudad ocupada.
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