La destituida mandataria dio ayer jueves una voz de alerta sobre la presión que ejercen varios sectores internacionales sobre el Gobierno venezolano en relación con la situación que atraviesa el país suramericano, refiriéndose sobre todo a las amenazas de EE.UU.
“Lo que están haciendo es un absurdo y una gran irresponsabilidad. Hay que ser muy ignorante para pensar que la oposición va a entrar en eso como la buena del paseo. Si consigue el apoyo de EE.UU., será una carnicería”, aseguró Rousseff en un acto político en Río de Janeiro (suroeste), en el que se recordó el primer aniversario de su destitución como presidenta por supuestas irregularidades fiscales.
La exjefa de Estado afirmó que tanto los medios de comunicación como las élites de varios países insisten "irresponsablemente" en presentar a la oposición venezolana como "la buena" y al presidente Nicolás Maduro como un "dictador", y que eso puede conducir a Venezuela hacia "una guerra civil".
Independientemente de cómo se comporte el Gobierno venezolano, planteó Roussef, si la situación del país caribeño llegase a tal punto, sería “gravísimo en una región en la que hemos vivido en paz por mucho tiempo”. La exmandataria señaló que en América Latina no “había habido amenaza de intervención de tropas de otro país” desde hacía muchas décadas.
Lo que están haciendo es un absurdo y una gran irresponsabilidad. Hay que ser muy ignorante para pensar que la oposición (venezolana) va a entrar en eso como la buena del paseo. Si consigue el apoyo de EE.UU., será una carnicería”, asegura la expresidenta brasileña Dilma Rousseff.
Durante los últimos meses, Venezuela ha vuelto a ser escenario de violentas protestas antigubernamentales, en las que entre el 1 de abril y el 31 de julio se registraron 1958 casos de lesiones y 124 muertes. El miércoles, las Naciones Unidas responsabilizaron al Gobierno venezolano de optar por una "política represiva".
Esta acusación del ente internacional sucedió a una oleada de rechazos de diversos países a la instalación hace un mes en Venezuela de una Asamblea Nacional Constituyente (ANC), así como de respaldo a la oposición, que desconoce la constitucionalidad de ese órgano, de poder casi absoluto.
En este contexto, cabe recordar que el número dos de EE.UU., Mike Pence, aseguró durante su gira latinoamericana de mediados de agosto que el presidente norteamericano, Donald Trump, lo envió a esa gira —Colombia, Argentina, Chile y Panamá— “para que quede bien claro en América Latina que EE.UU. no se va a quedar de brazos cruzados” respecto a Venezuela; declaraciones en consonancia con las amenazas de intervención militar que había hecho anteriormente Trump.
aaf/mla/tqi/tas