“Espero que podamos compartir los esfuerzos para promover una salida pacífica e integradora que es lo que necesita Venezuela. Estaremos en contacto con la Administración norteamericana para trabajar políticamente con este fin”, señaló el martes Josep Borrell en un debate en el Parlamento Europeo (PE) sobre la situación en el país suramericano.
El Alto Representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior subrayó que el bloque apuesta por un diálogo constructivo en Venezuela, en el que participen los responsables políticos y los representantes de la sociedad civil.
“En todas las transiciones del mundo las soluciones han sido pactadas”, ha agregado, enfatizando la necesidad de que se acerquen posiciones para que la nación bolivariana salga de la “gravísima” crisis en la que está sumida.
La UE mantiene una postura beligerante contra Venezuela. Secundando a EE.UU., reconoció en enero de 2019 al opositor Juan Guaidó como “presidente interino” del país suramericano y desconoció, además, las elecciones parlamentarias venezolanas del pasado 6 de diciembre, reclamando que “incumplieron los estándares internacionales mínimos”.
Esto mientras que el Gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, había invitado al bloque europeo a observar las elecciones, pero el grupo de los veintisiete indicó que enviaría una misión de observación, a menos que se consideren algunas condiciones, como un aplazamiento de “cinco o seis meses” de los comicios.
Caracas denuncia la postura injerencista de algunos políticos de la derecha europea en sus asuntos internos y asevera que la “actitud arrogante y supremacista” de la UE hacia la nación venezolana, se debe a la subordinación política del bloqueo europeo a EE.UU.
Es más, las autoridades venezolanas han expresado su deseo de que el nuevo Gobierno de EE.UU., que presidirá Biden a partir del miércoles, cambié la política hostil, adoptada por Donald Trump, contra la nación caribeña, y que tenga “atisbos de decencia” y respete el derecho internacional.
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