Después de una pausa de dos años por la pandemia de la COVID-19, una marea de gente volvió a inundar las calles en Uruguay para recordar a los desaparecidos en la dictadura militar uruguaya entre 1973-1985 y exigir acciones para dar con su paradero.
Decenas de miles de participantes en la llamada Marcha del Silencio, que portaban carteles con los rostros de las víctimas cuyos destinos aún se desconoce, reclamaron justicia y repudiaron la violación de los derechos humanos en el país sudamericano.
Los manifestantes aseveraron que el homenaje a las víctimas no puede ser otro que el reconocimiento a través de la verdad de los hechos, la recuperación de la memoria y la exigencia de que en Uruguay nunca más haya tortura, ejecuciones ni desapariciones forzadas.
Según las organizaciones de los derechos humanos, casi 200 uruguayos desaparecieron durante la dictadura, la gran mayoría en Argentina, en el marco del denominado Plan Cóndor que coordinaron los gobiernos militares en el Cono Sur.
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