• Vídeo: Mayor cementerio de Brasil, listo para víctimas del COVID-19
Publicada: viernes, 3 de abril de 2020 23:36

El cementerio municipal de Vila Formosa en la ciudad brasileña de Sao Paulo, el mayor de Latinoamérica, se prepara para sepultar a las víctimas del COVID-19.

La instalación municipal extremó las medidas de precaución para evitar la propagación del nuevo coronavirus, denominado COVID-19, durante los entierros, los cuales aumentan a medida que avanza la letal pandemia en Brasil.

Al igual que en el resto de cementerios de Sao Paulo, principal foco de coronavirus en Brasil, los entierros de las víctimas del COVID-19 han sido reducidos a un máximo de 10 minutos, mientras que la presencia de familiares ha sido limitada para evitar los contagios.

Según constató la agencia de noticias española Efe, tan solo en las primeras horas de la mañana del pasado jueves, los trabajadores del servicio funerario del cementerio de Vila Formosa, protegidos con trajes especiales, máscaras y guantes, sepultaron a tres víctimas de coronavirus y a otras tres personas sospechosas de haberlo contraído, pero cuyos diagnósticos todavía no han sido divulgados.

Centenares de fosas han sido cavadas sobre la tierra rojiza mientras el número de muertos por COVID-19 aumenta cada día en Brasil, sobre todo en Sao Paulo, el estado más poblado del país, con 46 millones de personas.

Hasta la fecha, los muertos por la enfermedad infecciosa ascienden a 359, de los cuales 164 se han sido registrado en Sao Paulo, en tanto que la cifra de casos confirmados se aproxima a 9060.

Operarios del cementerio municipal de Vila Formosa en la ciudad brasileña de Sao Paulo entierran a una víctima del COVID-19.

 

Sin embargo, podrían ser muchos más. Tan solo en la región sureste de Brasil, se produjeron 295 muertes de personas sospechosas de haber padecido coronavirus, un número mayor que el total de fallecimientos confirmados en todo el país.

Ante la proyección de un aumento de víctimas mortales por el patógeno, los cementerios del municipio de Sao Paulo han contratado a nuevos funcionarios, ya que el 60 % de sus 257 enterradores ha sido suspendido de sus funciones por pertenecer al llamado grupo de riesgo, ha explicado la Alcaldía en un comunicado.

También ha aumentado la flota de vehículos para trasladar los féretros durante la crisis sanitaria, mientras que han sido redobladas las medidas de higiene y desinfección después de cada entierro.

Antes del inicio de la pandemia, el servicio funerario de Sao Paulo realizaba una media de 250 entierros por día, una cifra que podía llegar a 340 durante el invierno debido al aumento de las enfermedades y las complicaciones respiratorias.

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