Probablemente haya visto rondando en las redes sociales esta imagen de un hombre y un niño posando de lado con una cicatriz en la cabeza. Josh Marshall, de 28 años, es el orgullo padre del pequeño Gabriel Marshall. Este guerrero lleva luchando hace más de un año contra una enfermedad que amenaza con robarle la vida.
En marzo del 2015, fue diagnosticado con “astrocitoma anaplásico” un tipo de cáncer que produce tumores malignos en el cerebro. Con tan solo ocho años, ha recibido quimioterapia y radiación. La cicatriz en su cabeza es el resultado de una cirugía que le fue hecha para retirarle el tumor. Tras el procedimiento, el pequeño Gabriel comenzó a sentirse inseguro por las miradas de la gente y su papá decidió enfrentar el problema como todo un héroe.
Mi hijo y yo en el evento de este año de San Baldrick (una fundación de ayuda a niños con cáncer) en Wichita, Kansas, (que busca recaudar dinero para el tratamiento de niños con cáncer). Me tatué la cicatriz de mi hijo para ayudarle con su autoestima", escribe Josh Marshall.
En reacción a lo ocurrido, Josh fue a un lugar de tatuajes y pidió que le hicieran en la cabeza la réplica de la “cicatriz de batalla” de su hijo, dejandole saber a Gabriel que “si la gente quiere mirarlo, tendrán que mirarlos a los dos”.
"Mi hijo y yo en el evento de este año de San Baldrick (una fundacion de ayuda a niños con cáncer) en Wichita, Kansas, (que busca recaudar dinero para tratar el cáncer en niños). Me tatué la cicatriz de mi hijo para ayudarle con su autoestima", escribió Marshall cuando presentó su foto. La foto ganó el primer lugar del concurso con más de 5000 votos y le dio a Marshall el puesto del mejor papá calvo del mundo.
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