"Ellos (los dos grupos) son la tercera oleada de organizaciones políticas creadas por Occidente para difundir ideologías tóxicas (...) Son un proyecto extremista occidental", precisó el martes el mandatario sirio en una entrevista con periodistas rusos.
Ellos (los dos grupos) son la tercera oleada de organizaciones políticas creadas por Occidente para difundir ideologías tóxicas (...) Son un proyecto extremista occidental", precisó el presidente sirio, Bashar al-Asad.
Tras rechazar el diálogo con los grupos takfiríes y extremistas que desarrollan acciones violentas en el territorio sirio, Al-Asad precisó que estas bandas se nutren de ideas terroristas, por eso, hizo hincapié en la necesidad de impulsar la lucha antiterrorista hasta su total eliminación.
No obstante, expresó la disposición de su Gobierno a dialogar con otros grupos opositores para acabar con la amenaza terrorista.
“Hemos mantenido diálogos y logrado acuerdos con varios grupos armados, para traer paz a algunas zonas problemáticas (…) Dialogamos con todos a excepción del EIIL, el Frente Al-Nusra y similares a ellos”, puntualizó.
En otra parte de sus declaraciones, el presidente sirio volvió a criticar la llamada coalición anti-Daesh encabezada por EE.UU. Según él, Washington sería capaz de destruir el grupo takfirí EIIL, si tuviera los deseos de hacerlo.
En reiteradas ocasiones, el mandatario ha cuestionado la buena voluntad de la llamada coalición anti-EIIL, pues, a su entender, las operaciones que ejecuta el Ejército sirio son “diez veces mayor” que las de la coalición liderada por Washington.

Al señalar que Occidente no opta por socios ni Estados soberanos, Al-Asad puso de manifiesto que las potencias hegemónicas reclaman a los países como Rusia, Irán y Siria por su condición de independientes.
En este sentido, recalcó que Occidente desarrolla una campaña en su contra, al igual que en contra del líder ruso, Vladimir Putin.
Según Al-Asad, después del comienzo de la crisis en Ucrania, Putin se convirtió en un enemigo, a pesar de haber sido elegido democráticamente.
Desde marzo de 2011, Siria es escenario de un sangriento conflicto armado provocado por terroristas respaldados desde el extranjero, para derrocar al Gobierno de Damasco.
De acuerdo con el opositor Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), la violencia en Siria ha dejado más de 240.000 muertos y ha provocado el desplazamiento de varios millones.
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