• Una base estadounidense en Manbij, en la campiña norteña de Alepo, mayo de 2018 (Fuente: Reuters)
Publicada: martes, 23 de marzo de 2021 20:36

Una base ilegal estadounidense ubicada en la provincia rica en recursos de Deir Ezzor, en el este de Siria, ha sido atacada con varios cohetes.

La instalación, situada en el campo gasífero de Koniko, en el este de Deir Ezzor, ha sido alcanzada por varios cohetes, ha informado este martes la cadena de televisión Al Mayadeen, con sede en Beirut, capital libanesa.

Los medios de comunicación locales consideran esa planta de gas como la mayor base militar que opera el país norteamericano en Siria.

El ataque ha dejado varios soldados estadounidenses heridos, según ha anunciado el corresponsal de Al Mayadeen en Siria, sin ofrecer más detalles sobre posibles víctimas mortales o daños.

Todavía ningún grupo se ha atribuido la responsabilidad del ataque, tampoco se sabe desde dónde se lanzaron los cohetes.

 

Las tropas e instalaciones militares estadounidenses, establecidas sin el consentimiento del Gobierno sirio, son de vez en cuando blancos de ataques con misiles, mientras crece cada vez más el rechazo popular a la presencia militar estadounidense en el país árabe.

Estados Unidos tiene desplegadas sus fuerzas en más de una decena de bases militares en zonas sirias, especialmente ricas en petróleo, como en las provincias de Al-Hasaka (noreste), Deir Ezzor y Al-Raqa (norte).

Estados Unidos y sus afiliados kurdo-árabes de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) controlan casi 70 por ciento de los pozos petroleros de Siria. Washington afirma que su misión en el país levantino es “combatir al grupo terrorista Daesh”; un argumento que Damasco desmiente y denuncia que EE.UU. sigue presente en Siria para saquear el petróleo.

Informes muestran que EE.UU. ofrece desde sus bases en Siria entrenamiento militar y apoyo en armas e información de inteligencia a los terroristas con el fin de prolongar la guerra en el país árabe y justificar así su presencia castrense.

El Gobierno sirio, con el presidente Bashar al-Asad a la cabeza, ha denunciado reiteradas veces la presencia militar ilegal de EE.UU. en su país, y asegurado que pronto su Ejército acabará con la ocupación estadounidense.

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