En una entrevista exclusiva con el diario alemán Süddeutsche Zeitung, publicada este martes, Al-Yubeir ha detallado que además serán desplegadas fuerzas especiales del reino árabe en el marco del apoyo de Riad a EE.UU. en su llamada lucha contra terrorista.
En este sentido, ha informado que ha habido consultas con los estadounidenses para “averiguar cuál es el plan y qué se necesita para implementarlo”. Sin ofrecer más detalles, añade que otros países árabes del Golfo Pérsico están también “listos para asignar fuerzas para luchar al lado de los estadounidenses”.
Desde 2014, Estados Unidos lidera una campaña aérea llamada coalición anti-EIIL en Siria e Irak bajo el pretexto de bombardear las posiciones de esta banda terrorista takfirí; sin embargo, Damasco se opone a estos ataques aéreos por, entre otros motivos, no haber sido coordinados con el Gobierno sirio.
A continuación, Al-Yubeir ha explicado que “la idea principal” es que los territorios liberados de manos de Daesh deben ser entregados a los grupos armados, apoyados por Riad, para que estos no caigan bajo el control del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), Irán o el Gobierno de Bashar al-Asad.
Asimismo, el ministro saudí de Asuntos Exteriores, reiterando la postura de Al Saud basada en la dimisión del presidente legítimo de Siria, Bashar al-Asad, ha enfatizado que en los próximos diálogos de paz sobre Siria en Ginebra (Suiza) debe organizarse la transición política para establecer una “nueva Siria sin Al-Asad”.
La nueva ronda de las negociaciones sobre Siria, impulsadas por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se pondrán en marcha el próximo jueves con la participación de representantes del Gobierno y de la ‘oposición’ armada de Siria bajo la mediación del enviado especial de la ONU para Siria, Staffan de Mistura.
El Gobierno de Damasco ha acusado en reiteradas ocasiones a los países occidentales y a ciertos países regionales como Arabia Saudí y Catar de empeorar la crisis de casi seis años en Siria, la cual ha dejado más de 400 000 muertos.
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