“La inauguración de este proyecto ha dado una respuesta contundente a quienes tramaron complots [para paralizar la economía de Irán], en particular Estados Unidos. El crudo fue una de las más importantes industrias del país sancionadas por los estadounidenses”, ha subrayado este jueves Hasan Rohani.
En un discurso televisado, ofrecido en la apertura de la instalación, ubicada en la ciudad costera de Jask, en la provincia sureña de Hormozgan, el jefe del Gobierno iraní ha celebrado el fracaso de la guerra económica contra Irán que lanzó la anterior Administración estadounidense presidida por Donald Trump.
“El Gobierno estadounidense abrió dos frentes de batalla contra nosotros, uno en el sector de petróleo y, el otro, en el área del suministro de los productos básicos. Sancionaron al sector petrolero iraní para poder paralizarlo y llevar a cero, según imaginaban, las exportaciones del país, y cortar, al mismo tiempo, sus ingresos petroleros necesarios para suministrar sus necesidades básicas. Nosotros, sin embargo, hemos podido proveer 6 millones de dólares para comprar medicamentos”, ha resaltado Rohani.
El mandatario ha considerado la inauguración del oleoducto Goreh-Yask —que evita pasar por el estrecho de Ormuz— un “orgullo nacional” y señalado que concluir con éxito un gran proyecto como este, pese a las sanciones, presiones y la guerra económica contra el país, muestra el poder de la República Islámica.
“Este es un movimiento estratégico y un paso importante para Irán. Asegurará la continuación de nuestras exportaciones de petróleo”, ha setenciado.
Gracias a la nueva terminal, ha proseguido, Irán ya no depende del Golfo Pérsico ni el estrecho de Ormuz para transportar su crudo. Abrir una instalación en “el mar de Omán significa conectarse a las aguas libres y océanos” y ello reducirá hasta 10 día el tiempo de exportar el petróleo, ha detallado.
“Hoy, el primer envío de 100 toneladas de petróleo se ha cargado fuera del estrecho de Ormuz. Esto muestra el fracaso de las sanciones de Estados Unidos”, ha afirmado Rohani, para luego destacar que Irán tiene como objetivo exportar un millón de barriles de petróleo por día desde la nueva terminal.
El oleoducto Goreh-Yask de 1000 km evita el paso del crudo por la región del estrecho de Ormuz, fuertemente patrullada y con cuello de botella, y permite a Teherán optar por una ruta que ofrece un acceso más directo a los clientes en La India y China.
Este proyecto ya en acción incluso permite a Teherán voltear la presión de las sanciones de EE.UU., ya sea bloqueando el estrecho, observando el aumento del precio del petróleo y beneficiándose de la ganancia inesperada resultante del envío de petróleo desde el puerto de Yask. El oleoducto tiene capacidad para transportar un millón de barriles por día (bpd) de crudo, lo que representaría casi la mitad de la producción actual de 2,4 millones de bpd de Irán.
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