Después de un análisis de costos, el equipo económico del Gobierno decidió aplicar un aumento de 10 % en promedio a los precios del diésel y transporte público de pasajeros, tanto convencional como diferenciado. Los trabajadores afirman que no fueron consultados, por lo que exigirán un aumento del salario mínimo en el orden de 30 %.
El sorpresivo aumento genera muchas quejas en la ciudadanía. Por ejemplo supermercadistas dijeron que habrá subas escalonadas de productos. El Centro de Panaderos fue el primero en confirmar las subas.
Todo ajuste relacionado a combustibles repercute en la inflación de manera inmediata. Economistas dicen que este es un aspecto que debe controlarse.
Los trabajadores temen que la suba confirmada genere un efecto dominó en el resto de los productos. De no prosperar el pedido de aumento de salario, analizan tomar medidas gremiales o jurídicas.
Juan Cáceres Troche, Asunción.
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