El Ministerio palestino de Asuntos Exteriores condenó el jueves en “los términos más enérgicos” la continuación de los actos terroristas del régimen de Israel contra el pueblo palestino, y destacó que el extremismo, el odio, la violencia y los crímenes israelíes no habrían continuado sin “el silencio sospechoso de la comunidad internacional”.
Con estas palabras, la Cancillería palestina conmemoró el 27.º aniversario de la masacre de la Mezquita de Ibrahim, el 25 de febrero de 1994, cuando el colono extremista israelí, Baruch Goldstein, atacó con un rifle de asalto a los fieles palestinos en el lugar sagrado islámico, matando a 29 personas e hiriendo a otras 150.
“Transcurridos 27 años desde este atroz crimen, la judaización israelí de la Mezquita de Ibrahim y sus alrededores continúa y toma diferentes formas y se extiende a todas las áreas de la ocupada Cisjordania”, criticó la Cancillería palestina.
Dijo que mientras el pueblo palestino rememora a las víctimas de dicha masacre, sufre a diario “los crímenes de la ocupación israelí” y es blanco de actos terroristas perpetrados por los colonos extremistas israelíes.
Pidió también, en nombre del pueblo y el Gobierno palestinos, a la Corte Penal Internacional (CPI) de La Haya (Países Bajos) que investigue lo más pronto posible “los crímenes de la ocupación israelí” contra los palestinos.
Los palestinos han presentado, en varias ocasiones, demandas contra las prácticas violentas y daños sufridos a manos de agentes israelíes; no obstante, el régimen de Tel Aviv, lejos de imputar cargos a sus uniformados, facilita aún más la represión con redadas diarias y detenciones, entre otras medidas.
Conforme denuncian varios analistas, la impunidad de Israel en los casos de violaciones de derechos humanos en los territorios ocupados se debe al apoyo del Occidente, con EE.UU. a la cabeza, a este régimen.
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