Publicada: sábado, 15 de agosto de 2020 16:43
Actualizada: viernes, 11 de septiembre de 2020 13:05

Israel firmó un acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos para normalizar relaciones, lo que ha avivado la ira musulmana por ser una puñalada a la causa palestina.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, realizó el anuncio, defendiendo la iniciativa como un “acuerdo histórico”, lo que varios analistas y politólogos ven como un espaldarazo a la campaña electoral del republicano.  

Pero , desde la otra perspectiva, los palestinos y la mayoría de los países islámicos lo consideran como una puñalada en la espalda de la comunidad musulmana, tras 70 años de resistencia ante la ocupación israelí.

Los Emiratos Árabes Unidos se han convertido en el primer país del Golfo Pérsico en normalizar las relaciones con Israel, gritando a los cuatro vientos los años de contactos secretos con la entidad sionista.

El llamado “Acuerdo de Abraham”, que es como se ha denominado el pacto, asegura el compromiso de Israel para detener la anexión de más tierras palestinas en la ocupada Cisjordania.

No obstante, al dirigirse a los periodistas la tarde del jueves en la ciudad de Tel Aviv, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, dijo que había acordado “retrasar” la usurpación como parte del acuerdo con los Emiratos Árabes Unidos, pero que los planes seguían “sobre la mesa”.

Los Emiratos Árabes Unidos es la tercera nación árabe en llegar a un acuerdo de este tipo con Israel, después de Jordania y Egipto.

Reacciones a nivel regional

El liderazgo palestino rechaza y denuncia el anuncio de la tríada, los Emiratos Árabes Unidos, Israel y Estados Unidos, tal como indica, Nabil Abu Rudeine, asesor principal del presidente palestino, Mahmud Abás.

Abu Rudeine dijo que el referido acuerdo es una “traición a Al-Quds(Jerusalén), la Mezquita Al-Aqsa y la causa palestina.

A su vez, Hanan Ashrawi, un miembro  del Comité Ejecutivo de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) afirmó que la medida equivale a ser “vendido” por “amigos”.

Por su parte, el Movimiento de Resistencia Islámica de Palestina (HAMAS) aseveró que el pacto no sirve a la causa palestina.

“Este acuerdo no sirve en absoluto a la causa palestina. Este acuerdo alienta a la ocupación a continuar negando los derechos del pueblo palestino”, reiteró Hazem Qasem, un portavoz de HAMAS, en un comunicado.

Además, Moshir al-Masri, un portavoz de HAMAS, afirmó que Abu Dabi busca limpiar la imagen de Israel, y así facilitar, a través del acuerdo de la normalización, la implementación del llamado ‘plan de paz’ promovido por Israel y EE.UU. para ceder a Israel la mayor parte de las tierras palestinas.

El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, alertó que la normalización israelí-emiratí viola “el derecho a existir de Palestina”.

Irán, el principal patrocinador de la causa palestina, repudió el paso, calificándolo de un “gran error”.

 

El presidente iraní, Hasan Rohani, a su vez, precisó que el acuerdo entre los Emiratos Árabes Unidos e Israel es una “traición a la causa palestina”. Mientras el canciller persa, Mohamad Yavad Zarif, lo tachó de un acto de “estupidez estratégica”.

Sin embargo, el ministro de Estado de Asuntos Exteriores de los EAU, Anwar Gargash, lo defendió. La decisión del príncipe heredero de Abu Dabi, Muhammed bin Zayed Al Nahyan, de normalizar los lazos con Israel refleja “un realismo muy necesario”, apuntó.

No sorprende la súbita normalización

El anuncio de un acuerdo para normalizar las relaciones entre los Emiratos Árabes Unidos (EAU) e Israel  no sorprendió, pero fue grosero en términos de fondo y forma.

No es ningún secreto que los países árabes del Golfo Pérsico han mantenido de forma secreta lazos de larga data con los sionistas.

Los gobernantes emiratíes han hecho grandes intentos por comercializar con Israel, incluso a costa de los derechos inalienables del pueblo palestino, con pretextos endebles, como enfrentarse a Irán, el “principal enemigo” del mundo árabe.

Los emiratos participaron de forma activa en el anuncio del plan de paz de Trump, conocido como “acuerdo del siglo”, que, de ejecutarse, se traduciría en la liquidación de la cuestión palestina y el fin de cualquier oportunidad real para el establecimiento de un Estado palestino independiente, con Al-Quds como su capital.

Lo extraño del acuerdo entre los EAU e Israel es que las autoridades emiratíes tratan de justificarlo como un acto de protección a los palestinos y sus intereses. Afirman que el pacto se forjó, a cambio de que el régimen israelí pospusiera la anexión de tierras en Cisjordania por un período indefinido.

Esto es exactamente lo que el premier israelí negó, enfatizando que “la anexión no fue descartada, sino suspendida temporalmente”.

Todo el mundo sabe que el régimen de Israel decidió posponer la implementación del plan de anexión a principios de julio pasado por varias razones. Las más importantes de las cuales es la posición unificada de las facciones armadas de Palestina, así como la oposición internacional al plan.

Según los analistas, la normalización con Israel provocaría la alteración de la seguridad y las capacidades de los países de la región de Asia Occidental, con el objetivo ulterior de aupar el proyecto colonial de Israel.

La experiencia de los árabes en general, y de los palestinos en particular, con Israel, y el compromiso de ese régimen con los acuerdos y su verdadero deseo de paz y convivencia desde hace décadas, nos señala lo que está por venir.

 

Los gobernantes de los EAU deben darse cuenta de que se han posicionado del lado equivocado de la historia y que estos miserables intentos de prolongar la ocupación fracasarán.

Los ciudadanos emiratíes no tendrán piedad de sus dirigentes. Nada más anunciar dicho acuerdo, miles de ciudadanos del Golfo Pérsico, fuerzas políticas y representantes de la sociedad civil, así como millones de árabes y musulmanes, expresaron su rechazo categórico al mismo.

Por qué se arrodillaron los emiratos ante Israel

Los Emiratos Árabes Unidos, han comenzado el proceso de normalización con “Israel” en diversas formas, como el deporte, el turismo, la prestación de servicios de aviación, entre otros.

Pero su decisión de reconocer la ocupación israelí en medio de la grave crisis que azota el régimen, por un lado, y los procesos por corrupción que afronta Netanyahu por otro lado, evidencian que Bin Zayed está listo para cruzar todas las líneas rojas para asegurarse la corona en los Emiratos Árabes Unidos. Por supuesto, este objetivo será más fácil de conseguir con el apoyo de EE.UU. e Israel.

Sin embargo, Palestina no es solo un lugar geográfico. Es parte integral de la voluntad de los pueblos hacia la libertad, la dignidad y la independencia. Palestina, con sus santidades islámicas y cristianas, es parte de la creencia de las naciones y, en consecuencia, quienes normalicen las relaciones con el enemigo nunca podrán desviar la brújula de la región de su enemigo central: el sionista, ya que tarde o temprano, este enemigo desaparecerá.

Por Mohsen Khalif Zade