Publicada: miércoles, 17 de junio de 2020 15:22
Actualizada: jueves, 18 de junio de 2020 4:45

¿Cómo la oposición saudí puede eliminar del poder al príncipe heredero, Muhammad Bin Salman, y formar un parlamento en el reino árabe para establecer la democracia?

“Le pedimos al rey saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, que retire a su hijo de todos los puestos gubernamentales (...). Si el rey quiere que su hijo herede la corona, debe saber que los saudíes no son sus esclavos. Este es un Estado, no un juego”, así sentenció Abdul Rahman al-Suhaimi, un destacado líder de la oposición, al anunciar la formación de un consejo coordinador saudí, el primero de su tipo.

Tal como anunció Al-Suhaimi, el nuevo consejo no tiene como objetivo cambiar el sistema político en el reino saudí, sino busca aumentar las presiones para retirar a Muhammad bin Salman de su cargo, y ayudar a crear una “monarquía constitucional”, que tendría un parlamento electo por el pueblo.

La temporalidad de esta declaración y su contenido dieron visos de un movimiento organizado por distintos grupos de la oposición saudí para sacar a Muhamad bin Salman del poder. Para lograr su objetivo, los opositores han alzado la voz contra el descalabro económico del país y el chasco que representó el plan ‘Visión Saudí 2030’ del príncipe heredero saudí, quien monopolizó el poder y persiguió a otros príncipes de la familia real para quitarse el estorbo que le representaban.

Ante esta tesitura, Al-Suhaimi ha hecho una revisión panorámica de los problemas internos del reino árabe, acentuando en la peligrosa situación económica que atraviesa el país después de que la dinastía gobernante haya fracasado en proveer las necesidades de los ciudadanos saudíes, sobre todo, por la brutal guerra que lanzó contra Yemen, y sus implicaciones en los conflictos armados en Irak y Siria.

 

Centrándose en la política exterior, el activista recalcó que el príncipe heredero saudí había destruido los lazos del reino con el resto del mundo y arrestado a decenas de líderes del Movimiento de Resistencia Islámica Palestina (HAMAS), así como a todos sus detractores, incluso sus primos.

Pues, la formación del nuevo consejo plantea muchas preguntas sobre su agenda de trabajo, sus partidarios más destacados, y lo más importante: las pruebas documentales que posee para presionar al régimen saudí a que responda.

De acuerdo con lo que reveló Al-Suhaimi, el nuevo consejo está formado por tres príncipes de la familia real y 15 representantes activos de las tribus del reino árabe, lo que significa que este consejo goza de apoyo público, por lo que difiere de las anteriores formaciones de la oposición saudí en el extranjero. La participación de algunos príncipes en este consejo demuestra que hay un quiebre entre el príncipe heredero y otros miembros de la familia real. Y la única razón por la que Al-Suhaimi se rehúsa a revelar la identidad de estos príncipes es su temor a que los susodichos sean detenidos por las fuerzas de seguridad.

Al-Suhaimi aseveró que miembros de la familia real llamaron a los opositores en el extranjero a mantenerse unidos, en especial después de que varios informes confirmaran la huida de un gran número de ellos a países europeos, y el arresto de otros en Arabia Saudí. En este contexto, el opositor se ha referido al caso de la princesa Basma Bint Saud Al Saud, quien fue detenido por supuestamente querer ayudar a Turquía en la investigación del asesinato del periodista Jamal Khashoggi, ocurrido en el consulado de su país en Estambul el 2 de octubre de 2018. A mediados de abril de 2020, a través de Twitter, la princesa saudí hizo un llamado a su tío, el rey Salman bin Abdulaziz, y a su primo, el príncipe heredero Muhamad, para que la excarcelaran de inmediato, afirmando que se encontraba en la prisión de Al-Haer y que “su estado de salud se estaba deteriorando”.

 

Ahmad bin Abdulaziz, el detenido hermano del rey saudí

En su política de represión hacia sus rivales, el príncipe heredero encarceló a su tío Ahmad, el único hermano sobreviviente del rey saudí. La oposición puede valerse de Ahmad bin Abdulaziz como una carta de presión, ya que la detención de Ahmad se produjo, a pesar de que hace dos años recibió promesas de los países occidentales para volver a Riad cuando estaba en Londres, capital británica. El tío de Muhamad bin Salman es visto como la esperanza de los príncipes opositores para corregir el camino del régimen, y regresar a la fórmula histórica de distribuir el poder entre todos los miembros de la familia real. Por estas razones, Al-Suhaimi urgió al rey saudí a nombrar un nuevo príncipe heredero, en lugar de Muhamad bin Salman.

La petición de liberar a Ahmad bin Abdul Aziz puede dañar la imagen del príncipe heredero quien, debido a sus erróneas decisiones, solo en los primeros cuatro meses del año ha gastado 51 000 millones de dólares de los activos de las reservas del régimen para cubrir las pérdidas de sus proyectos en un momento en que este país está sufriendo ante la caída de los precios del petróleo y la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19.

Las relaciones internacionales se consideran como la tercera carta de presión contra el príncipe heredero saudí. Al-Suhaimi ha instado en reiteradas ocasiones a los parlamentos islámicos y los Estados del “Consejo de Cooperación del Golfo (CCG-integrado por los países árabes ribereños al Golfo Pérsico), así como a miembros del Congreso de Estados Unidos y miembros del Parlamento Europeo para presionar a Muhamad bin Salman. También ha afirmado que 17 países islámicos expresaron su apoyo a dicha iniciativa, algo que muestra que su consejo cuenta con la venia de las potencias regionales e internacionales, que están muy enfadadas con la actitud del régimen saudí en Asia Occidental.

El opositor también ha alegado que conoce el nombre del colaborador turco involucrado en el asesinato de Khashoggi y lo va revelar a la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Señaló que esta persona "nunca fue mencionada en los archivos del caso ni en Turquía ni en Arabia Saudí.

 

La revelación pondría nuevamente el caso de Khashoggi en la palestra en momentos en que Bin Salman está intentando enterrar el caso presionando a los hijos del periodista asesinado para que perdonen a los criminales que segaron la vida de su padre. Al-Suhaimi también denunció la "politización" de las instituciones judiciales y religiosas de Arabia Saudí que sirven a los intereses del príncipe heredero. Por eso, pidió presión internacional sobre el régimen de los Al Saud, y resaltó que las ciudades santas de Mecca y Medina no pertenecen solo a 30 millones saudíes, sino que son un asunto público para toda la comunidad islámica, y tanto los saudíes como los países musulmanes rechazan que el asesino Bin Salman controle estas santidades.

Según los analistas, la respuesta del régimen saudí a la formación del nuevo consejo de la oposición puede ser de dos formas: reforzar el control sobre los príncipes de la familia real y chantajear a los opositores en el extranjero coaccionando a sus allegados dentro del reino árabe. El líder de la oposición puso como ejemplo el caso Saad al-Yabri, un exfuncionario de la Inteligencia saudí, a cuya familia detuvo el régimen para obligarle a regresar al país desde Canadá.

En respuesta a esa medida saudí, Canadá aumentó la seguridad de Al-Yabri. No obstante, la mayoría de los opositores teme que Riad aplique una medida similar contra ellos, y por eso los miembros del consejo se niegan a revelar su identidad.

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