Conforme a la Secretaría mexicana de la Defensa Nacional (Sedena), estos aparatos fueron derribados con fusiles de repetición tipo Barret y lanzacohetes RPG-7 por sicarios pertenecientes a organizaciones del narcotráfico, ha recogido este domingo el diario local El Universal.
De los 46 aparatos derribados por el narco, 23 corresponden al sexenio del presidente Felipe Calderón y 23 a la Administración de Enrique Peña Nieto.
En total, se han perdido 102 aparatos: 32 en labores de adiestramiento, 19 en traslados, dos en vuelos de mantenimiento, uno en pruebas en tierra, uno en transporte y el último en un vuelo de prueba.
Ocho de los nueve aparatos caídos por disparos de los cárteles en Sinaloa, Jalisco, Durango, Oaxaca y Guerrero eran helicópteros clase Bell.
En lo que va de año en curso el Gobierno del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), solo ha informado de la caída de un helicóptero MD-530F por un fallo mecánico durante un traslado en Chihuahua.
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