Jaque mate al grupo terrorista EIIL (Daesh, en árabe) en Irak. Las tropas gubernamentales llaman a las puertas de Tal Afar, nuevo bastión de los extremistas en suelo iraquí. Allí, el Ejército, respaldado por las fuerzas populares, avanza hacia el centro de la ciudad.
En su último progreso, las tropas iraquíes se han hecho con el control de dos barrios: Al-Kifah Norte y Al-Kifah Sur. La batalla sigue mientras las unidades antiterroristas empujan a Daesh por el oeste, y la novena división del Ejército, junto a las fuerzas populares, hacen retroceder a los terroristas por el este.
La ofensiva se lleva a cabo tan solo seis semanas después del anuncio de liberación de Mosul. Tras la pérdida de Tal Afar, Daesh solo controla Al-Hawija, al sur, y una parte de la provincia occidental de Al-Anbar, poco poblada y fronteriza con Siria.
La eliminación de los terroristas avanza más rápido que en Mosul. Pero esto también aumenta la preocupación por la suerte de los civiles. De hecho, miles de personas han huido ya de la localidad.
Según la ONG Consejo Noruego para Refugiados (NRC, por sus siglas en inglés), unos 40 mil civiles permanecen atrapados en la ciudad y sus inmediaciones. Quienes emprenden la escapada hacia las tropas iraquíes afrontan un azaroso camino, lleno de riesgos.
Entre tanto, las fuerzas iraquíes se esfuerzan por evitar las muertes civiles. Para impedir los ataques sorpresa, sobre todo nocturnos, el Ejército ha lanzado volantes en la ciudad en los que se pide a los habitantes que marquen las casas ocupadas por terroristas.
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