Un impacto negativo mayor que el ocurrido luego del paso del huracán Mitch en el año 1998 y el golpe de Estado del año 2009.
Honduras es considerada una de las naciones más pobres de Latinoamérica por diversos organismos crediticios y económicos a nivel mundial. Esta realidad convierte al país centroamericano en uno de los más golpeados por la recesión económica a causa del COVID-19.
En el mes de enero del año 2020 mediante un cambio en la metodología estadística adoptada para el beneficio del Gobierno, se redujo el índice de pobreza de más del 60 % al 48.3 %. Lejos de estas cifras en las calles la pobreza que se ve es aún mayor.
Las pocas exportaciones de productos hondureños están prácticamente paradas, debido al cierre de los mercados y empresas del país.
Los negocios se mantienen cerrados para evitar la propagación del COVID-19, eso ha generado la pérdidas de 250 000 empleos además de la corrupción que impera el país por el robo del erario público.
La alimentación es una de las principales preocupaciones de los hondureños, derecho básico que está en riesgo por la crisis económica.
Economistas y sector social exigen que los funcionarios del gobierno de Hernández reduzcan sus altos salarios, que algunos pueden alcanzar hasta los 10 000 dólares mensuales.
Dassaev Aguilar, Tegucigalpa.
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