“Para aquellos interesados en los lazos [de El Líbano] con Arabia Saudí, [anunciamos que] queremos que Arabia Saudí detenga la política de intimidar a las naciones”, manifestó el miércoles Seyed Hashem Safi al-Din, jefe del Consejo Ejecutivo del Movimiento de Resistencia Islámica de El Líbano (Hezbolá), en una conferencia en Beirut (capital libanesa).
Safi al-Din señaló que Riad “interfiere descaradamente” en los asuntos propios de El Líbano y pidió a la monarquía saudí que “no incite a los libaneses unos contra otros” y deje de infligir daños al país árabe.
Por otro lado, desestimando los intentos saudíes de subyugar a El Líbano, el alto mando de Hezbolá dejó claro que no se puede robar la dignidad del país a cambio de dinero.
“Le digo a Estados Unidos, Occidente y Arabia Saudí que hasta ahora no han experimentado la verdadera naturaleza de esta Resistencia, armada por la fuerza y la fe de su pueblo”, advirtió.
Además, dijo que la designación de Hezbolá como grupo terrorista es una “agresión” que el movimiento rechaza enérgicamente, y avisó al mundo entero que quien ataca a la Resistencia aunque sea con una sola palabra, recibirá la respuesta.
Los comentarios de Safi al-Din se producen después de que el rey saudí, Salman bin Abdulaziz Al Saud, llamó a principios de este mes terrorista al movimiento libanés. Esto caldeó la situación tensa ya a raíz de unas declaraciones virales del exministro de Información de El Líbano, George Kordahi, quien cuando aun no ocupaba el cargo exigió poner fin a la guerra de Yemen, describiendo como “inútil” la contienda bélica de casi siete años impuesta por Arabia Saudí y sus aliados contra Yemen.
En reacción a la postura de Kordahi, Riad expulsó al embajador libanés, Fawzi Kabara, y prohibió todas las importaciones de El Líbano, así como el viaje de los ciudadanos saudíes al territorio libanés.
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