“La liberación de los detenidos no fue a cambio de un alivio de las sanciones o para comprar petróleo”, declaró el jueves la portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, a los reporteros en una rueda de prensa en la Casa Blanca.
En este contexto, indicó que no se debe dedicar “en las negociaciones sobre el futuro de la importación de petróleo de Venezuela a EE.UU.”, pese a que el propio Gobierno estadounidense con fecha anterior había admitido que la seguridad energética es uno de los asuntos de los diálogos en Caracas, capital venezolana.
La vocera estadounidense además aseguró que la Administración de Biden no ha cambiado la postura al respecto del Gobierno venezolano, presidido por Nicolás Maduro, “a quien no reconoce como mandatario de Venezuela”.
Sus palabras se producen después de que el presidente ruso, Vladímir Putin, anunció este mismo jueves que Estados Unidos quiere que Irán y Venezuela excluyan a Rusia del mercado energético a cambio del alivio de las sanciones.
Además, manifestó que las exportaciones de energía de Rusia continúan, incluso a través de Ucrania, y que el Gobierno estadounidense intenta mentir a su gente de que Rusia causa el aumento del precio de diferentes alimentos y el petróleo en el país norteamericano.
El precio del petróleo ha aumentado esta semana por preocupaciones sobre el suministro en medio de las sanciones internacionales dirigidas a Rusia por su operación militar en Ucrania. Paralelamente, en Estados Unidos la inflación ha alcanzado nuevo récord y se sitúa en 7,9 %, el índice más alto desde 1982.
Los reportes indican que la crisis en Ucrania infligirá daños económicos e inflación en la economía en todo el planeta.
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