• El momento del lanzamiento del satélite secreto Zuma de EE.UU., Florida, 7 de enero de 2018.
Publicada: martes, 9 de enero de 2018 15:09
Actualizada: martes, 9 de enero de 2018 16:07

El satélite espía estadounidense Zuma, que fue lanzado el domingo desde Cabo Cañaveral (Florida) a bordo de un cohete de SpaceX, Falcon 9, no consiguió alcanzar la órbita y se ha dado por perdido, según anunciaron funcionarios estadounidenses.

Los legisladores del Senado y de la Cámara de Representantes, junto con el personal del Congreso, fueron informados de que la misión fue “un fracaso total” y al parecer la carga útil del cohete se desplomó, supuestamente, en la atmósfera, al no poder separarse correctamente del cohete, afirmaron funcionarios de la Industria del Gobierno, citados el lunes por el diario estatal The Wall Street Journal.

Tras afirmar que los expertos están realizando investigaciones al respecto, agregaron que por el momento no hay indicios de sabotaje u otras interferencias.

Al respecto, un portavoz de SpaceX informó a la cadena Fox News, en un comunicado: “No realizamos comentarios sobre misiones de esta naturaleza, pero en este momento las revisiones de los datos indican que el Falcon 9 funcionó correctamente”.

No realizamos comentarios sobre misiones de esta naturaleza, pero en este momento las revisiones de los datos indican que el Falcon 9 funcionó correctamente”, anuncia un portavoz de SpaceX, que lanzó el satélite estadounidense secreto Zuma.

 

Entretanto, mientras los funcionarios estadounidenses no han comentado nada respecto al estado del satélite espía, el Mando Estratégico de EE.UU., que renueva los datos sobre los satélites que orbitan el planeta, no ha actualizado su catálogo para mostrar dónde se encontraría el satélite, indicó el rotativo.

El satélite de inteligencia secreto estadounidense, que portaba un contenido clasificado y secreto a solicitud del Gobierno estadounidense, fue fabricado por la empresa militar Northrop Grumman, que no reveló para qué agencia del Gobierno lo hizo.

En los últimos años, Estados Unidos, Rusia y China han promovido sus capacidades militares en el espacio hasta el punto de que actualmente están en marcha varios planes para destruir satélites de países rivales.

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