“Reconocemos que, en sus elecciones presidenciales, el pueblo de EE.UU. ha optado por un nuevo rumbo. Creemos en la posibilidad de una relación bilateral constructiva y respetuosa de las diferencias”, ha escrito este domingo Miguel Díaz-Canel en un mensaje de Twitter, que acompañó con las etiquetas #SomosCuba y #SomosContinuidad.
Aunque el mandatario cubano no ha felicitado específicamente la elección del candidato demócrata, Joe Biden, en las elecciones de EE.UU., se trata de la primera reacción del Gobierno cubano a la victoria de un presidente estadounidense en momentos en que las relaciones entre ambos países han llegado a su punto más bajo debido a las políticas restrictivas de Washington hacia La Habana.
Por su parte, la embajadora de Cuba en Canadá, Josefina Vidal, que desempeñó un papel importante en los diálogos para un “deshielo” bilateral entre los dos países durante la Administración del expresidente estadounidense Barack Obama, cree en la posibilidad de una relación “basada en el respeto”.
“Una relación de coexistencia civilizada entre Cuba y EE.UU., basada en el respeto de las diferencias y en la identificación de áreas de interés y beneficio mutuo, es posible”, ha tuiteado Vidal.
En 1962, el Gobierno de EE.UU. empezó un embargo económico integral sobre Cuba. Posteriormente, Obama arrancó una normalización de las relaciones con La Habana; no obstante, desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca en 2017, las sanciones contra la mayor de las Antillas se han endurecido con el propósito de asfixiar la economía, las finanzas y el comercio del país.
El guion de la Administración de Trump contra la isla incluye restricciones de viajes, sanciones económicas y la ampliación de la lista de entidades cubanas restringidas para los estadounidenses. Además, se ve la reducción drástica de la cantidad de dólares que los cubanoamericanos pueden enviar a sus familiares en la nación antillana, entre otras medidas.
Al respecto, el presidente cubano ha reiterado que las sanciones estadounidenses violan los derechos de los cubanos y también los de los norteamericanos, mientras ha destacado que la “cruel y criminal política” de la Casa Blanca “será derrotada” por el pueblo cubano, que no renunciará nunca a su soberanía.
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