• Kim Yo-jong, hermana del líder norcoreano Kim Jong-un, en Pieonchang, Corea del Sur. (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 11 de agosto de 2022 8:16
Actualizada: jueves, 11 de agosto de 2022 9:59

La hermana del líder norcoreano culpa a Corea del Sur de causar el brote de la COVID-19 en su país y advierte de “represalias mortales”.

Kim Yo-jong, la influyente hermana del líder norcoreano, Kim Jong-un, ha acusado a Corea del Sur de haber propagado el brote de la COVID-19 en el territorio de Corea del Norte, diciendo que mientras muchos países del mundo están tomando medidas antiepidémicas efectivas para evitar los contagios a través de objetos infectados con el virus malicioso, Corea del Sur se dedica a esparcir folletos sobre el territorio de su país vecino, ha informado este jueves la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA, por sus siglas en inglés).

En una reunión nacional de revisión del trabajo antiepidémico de emergencia, Yo-jong ha calificado esas actividades de “crimen de lesa humanidad” y alertado que, si el enemigo persiste en actos tan peligrosos como fomentar la incursión del virus en el territorio norcoreano, pues “responderemos no solo exterminando el virus, sino también a las autoridades de Corea del Sur”.

Ha considerado que es un hecho innegable que una sola persona o un solo objeto infectado con el altamente contagioso virus puede contagiar a muchas otras personas en un momento y provocar una grave crisis sanitaria.

Por tanto, ha concluido que no se debe pasar por alto la afluencia ininterrumpida de basura de Corea del Sur. “Ya hemos considerado varios planes de contraataque, pero nuestra contramedida debe ser una represalia mortal”, ha resaltado.

Kim Jong-un declara “solemnemente” la victoria sobre la COVID

Sus declaraciones se producen luego de que el líder norcoreano, Kim Jong-un, declara “solemnemente” la victoria de su país en la lucha contra la pandemia del nuevo coronavirus, causante de la COVID-19, y ordenó reducir las medidas preventivas.

Con todo esto, exhortó a la nación a mantener la vigilancia y los controles en las zonas fronterizas debido a la propagación global de nuevas variantes de la COVID-19 y de la viruela símica (o viruela del mono).

Corea del Norte reconoció el pasado 12 de mayo tener un brote de COVID-19 con un número no especificado de personas en Pyongyang a las que se diagnosticó la variante ómicron, después de haber afirmado que no hubo ningún caso de infecciones durante más de dos años desde el comienzo de la pandemia a nivel global.

Corea del Norte ha rechazado la ayuda del Occidente para suministrar vacunas, puesto que duda de la buena voluntad de la contraparte. Paralelamente, el país asiático ha reportado avances significativos en desarrollar su propia vacuna contra el nuevo coronavirus, además, dice que puede mantener el virus bajo control con el cierre de fronteras.

Por otro lado, el país ha demostrado repetidamente su indignación por la distribución continua de folletos contra Pyongyang por parte de desertores y otros activistas en el Sur. Los folletos, generalmente adheridos a globos aerostáticos o flotando en botellas, critican al líder norcoreano por el programa nuclear de su país.

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