En un informe publicado el martes, la Oficina del Director de Inteligencia Nacional (ODNI) de EE.UU. indicó que “el líder norcoreano, Kim Jong-un, puede tomar una serie de acciones agresivas y potencialmente desestabilizadoras para remodelar el entorno de seguridad regional y abrir brechas entre Estados Unidos y sus aliados”.
Añadió que para este fin también puede recurrir a probar misiles balísticos para obligar a la nueva Administración estadounidense, presidido por el presidente Joe Biden, aceptar las condiciones de Pyongyang.
No obstante, la publicación aseguró que Corea del Norte ha dejado la puerta abierta para las conversaciones de desnuclearización. “A pesar de anunciar el fin de la moratoria autoimpuesta por Corea del Norte sobre las armas nucleares y las pruebas de misiles balísticos intercontinentales en diciembre de 2019, hasta el momento Pyongyang no ha realizado pruebas de misiles de largo alcance y ha dejado la puerta abierta a futuras conversaciones de desnuclearización con Estados Unidos”, agregó el informe de la ODNI.
Corea del Norte realizó su sexta y última prueba nuclear en septiembre de 2017, y desde noviembre del mismo año ha mantenido una moratoria autoimpuesta sobre las pruebas de misiles de largo alcance.
En otra parte de la publicación, la ODNI subrayó que Corea del Norte continuará mejorando sus capacidades militares convencionales, así como sus capacidades nucleares.
Además de sus capacidades militares, las capacidades cibernéticas de Corea del Norte también representan una amenaza para Estados Unidos y sus aliados, señaló el informe.
A pesar de que Corea del Norte sigue fortaleciendo su poderío militar, afirma que dichas actividades están en el marco de la autodefensa ante las provocaciones y el belicismo provenientes de EE.UU. y Corea del Sur.
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