Este sábado marcó el cuarto día consecutivo de las protestas nacionales en Colombia contra la violencia policial, que causó la muerte del abogado de 46 años, Javier Ordoñez.
Las marchas se tornaron violentas después de que se reveló que varias de las mujeres, que fueron detenidas a lo largo de las manifestaciones de días anteriores, fueron objeto de asalto sexual por agentes policiales.
La Policía intentaba dispersar a los marchantes lanzando gases lacrimógenos, no obstante, los ataques de los ciudadanos no cesaron y varios fueron golpeados. Los manifestantes piden la restructuración de la Policía, reclamo que también apoya la alcaldesa de la capital, Bogotá, Claudia López.
Las marchas continúan pese a que el ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, pidió perdón por la actuación de los policías involucrados en el ataque al abogado, quien recibió 12 descargas eléctricas de una pistola paralizante. La oposición pide la renuncia del ministro.
El Gobierno, aunque condena la muerte de ciudadanos, tacha los incidentes de hechos aislados, que no deben significar un estigma contra la Policía como institución.
La gestión del presidente Iván Duque ha sido golpeada desde diversos aspectos: el mal manejo de la pandemia, la continuidad de las masacres contra los líderes sociales, la falta de seguridad para los exguerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que han firmado la paz con el Gobierno, las condiciones laborales y las reformas que ha realizado al respecto, además de la detención domiciliaria contra su mentor, el expresidente Álvaro Uribe Vélez. El caso de la brutalidad policial fue el último episodio.
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