En las movilizaciones de este viernes más de 60 000 manifestantes han vuelto a retomar la renombrada 'Plaza de la Dignidad' (ex Plaza Italia) en la capital, Santiago, en repudio del asesinato de Jorge Mora Herrera (el Neco) por Carabineros.
El martes, el barrista Herrera de 37 años de edad fue arrollado por un camión de Carabineros cuando salía del estadio del club de fútbol Colo Colo tras un partido del campeonato local, informaron medios locales.
En redes sociales, diversas manifestaciones de repudio se solidarizaron con la familia y amigos del hincha, mientras que para los días jueves y viernes se convocaron distintas actividades de conmemoración y protesta en contra del asesinato del joven exigiendo juicio y castigo para los responsables del crimen.
Asimismo, un joven de 24 años, identificado como Ariel Moreno, ha muerto esa misma jornada de viernes tras recibir el impacto de un proyectil en la cabeza durante la madrugada del jueves en las calles de la capital.
Ante tal situación, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha alertado este viernes de la “grave crisis en materia de Derechos Humanos” que atraviesa Chile y ha recalcado la necesidad de reformar sus instituciones.
La violencia en Chile ha alcanzado nuevamente cotas máximas desde el desencadenamiento de la crisis social el pasado 17 de octubre, cuando la cuarta subida del precio del transporte público en Santiago sacó a amplias capas de la sociedad chilena a las calles de todo el país, no obstante, las protestas escalaron rápidamente hasta denunciar la desigualdad social y exigir un cambio constitucional y el fin del mandato del mandatario del presidente Sebastián Piñera.
Desde entonces, Chile es escenario de masivas manifestaciones antigubernamentales que, hasta el momento, se han saldado con decenas de muertos. También hay miles de heridos, muchos de ellos con lesiones oculares por disparos directos de perdigones.
Las organizaciones internacionales como Amnistía Internacional (AI) o Human Rights Watch (HRW) consideraron la represión protagonizada por los Carabineros como la situación más preocupante para los derechos humanos durante las protestas.
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