• El expresidente boliviano Evo Morales, en un encuentro en Mendoza, Argentina, 7 de marzo de 2020. (Foto: AFP)
Publicada: jueves, 6 de agosto de 2020 18:02
Actualizada: jueves, 6 de agosto de 2020 20:18

El expresidente boliviano Evo Morales culpa al gobierno de facto de la calamidad política y sanitaria que vive actualmente Bolivia.

“En ocho meses, el odio político, el racismo, el desmantelamiento de nuestras empresas estatales y la corrupción del gobierno de facto han llevado a nuestro país al estancamiento y al deterioro económico y social agravado por la pandemia del nuevo coronavirus”, ha declarado Morales, en un mensaje emitdo este jueves con motivo del 195.º aniversario de la Independencia de Bolivia.

El exmandatario boliviano (2006-2019) ha enfatizado que por la culpa del régimen de facto de Jeanine Áñez, Bolivia vive hoy una calamidad sanitaria, política y económica. Sin embargo, ha asegurado que estos momentos tan dolorosos pasarán y saldremos adelante porque el único propósito, el único sueño como proyecto político del pueblo es contribuir a que Bolivia pueda retornar a una democracia plena y auténtica, respetando sus valores, aceptando pacíficamente las diferencias, integrando a toda su ciudadanía en la tarea de seguir construyendo un gran país que supere todo resabio de intolerancia y racismo.

Morales ha asegurado que el gobierno de facto podrá eliminar nombres y tumbar bustos, pero jamás el pueblo olvidará que “la economía boliviana fue la que más creció en toda la región y Bolivia fue el país que más logros tuvo por su capacidad de inclusión social, de reducción de la desigualdad, lograda a partir del crecimiento económico sostenido y una progresiva y justa distribución del ingreso”.

“Redujimos la extrema pobreza de 38,2 % de 2005 al 15,2 % en 2018, y gracias a la nacionalización, el 22 de enero de 2019 informamos a Bolivia el crecimiento de 42 000 000 de dólares del Producto Interno Bruto (PIB); en 180 años es decir de 1825 al 2005 nos dejaron 9500 millones de dólares del PIB”, ha añadido el expresidente.

En este sentido, ha enfatizado que hay que evitar que Bolivia sufra una crisis más grave aún que la actual, y hay que evitar que los logros obtenidos con tanto esfuerzo se terminen liquidando y que se pierdan definitivamente las conquistas logradas como consecuencia de la crisis política, sanitaria y el derrumbe de nuestra economía.

Nuestra responsabilidad, ha agregado, nos obliga a estar por encima de toda reivindicación personal y sectorial porque lo que está en juego no es la suerte de nuestro partido y mucho menos la suerte de Morales sino el destino del pueblo boliviano.

Asimismo, ha lamentado que después de haber compartido 13 años, la conmemoración del 6 de agosto, con todos los bolivianos, hoy está lejos de la patria a causa del golpe de Estado de noviembre de 2019, contra el Gobierno y el pueblo.

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