A pesar del hostigamiento del gobierno de facto en Bolivia, el candidato presidencial Luis Arce y su fórmula vicepresidencial, David Choquehuanca, llegaron este lunes al Tribunal Supremo Electoral (TSE) y se inscribieron, en medio de un masivo apoyo popular.
“Somos el único partido que representa los intereses de los más humildes (...) de los indígenas, campesinos y de los más empobrecidos por este gobierno de facto. Hay mucha gente que está sufriendo, no solo por la limitación en participación política, sino también en la economía. Tenemos el respaldo mayoritario de la gente”, ha remarcado Arce.
Asimismo, los dos candidatos presidenciales han denunciado las acciones hostiles por parte del gobierno interno boliviano contra su formación.
“Deseamos manifestar nuestra contrariedad y denunciar el acoso que está recibiendo nuestro delegado principal al TSE, una artimaña más de este gobierno de facto que no quiere que participemos en las elecciones”, ha declarado Arce, tras presentar las listas de aspirantes masistas.
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Denunciamos ante el pueblo boliviano y la comunidad internacional que la dictadura ha instruido la detención del delegado político del MAS ante el @TSEBolivia y mi apoderado, Wilfredo Chávez. Este es un atropello sin nombre que quiere proscribirnos.
— Evo Morales Ayma (@evoespueblo) February 3, 2020
Tras el golpe de Estado contra el depuesto mandatario boliviano, Evo Morales, los dirigentes del MAS son víctimas de persecución política y amenazas por parte de sectores ultraderechistas.
Así lo ha señalado el exministro de Economía a la salida del TSE de Bolivia en referencia a la detención, denunciada este lunes por Morales, de su exviceministro de Seguridad, Wilfredo Chávez, que ejercía ahora de apoderado suyo.
“Lamentamos mucho ese mandamiento de aprehensión que ha empezado a circular, es una clara muestra de que mañana habrá aprehensión, eso no garantiza el juego democrático, la libre expresión y el estado de Derecho”, ha indicado Arce, según ha informado el diario local ‘La Razón’.
Tres semanas después de los comicios del 20 de octubre del año pasado, Morales se vio obligado a presentar su renuncia el 10 de noviembre debido a un golpe de Estado orquestado por EE.UU., en su contra y el día siguiente salió del país rumbo a México y después a Argentina, donde recibió asilo político y sigue luchando por el pueblo boliviano.
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