La potente explosión se ha registrado este martes por la noche en una pensión del gobierno provincial en Kandahar, donde se celebraba una reunión de alto nivel.
Los medios de comunicación locales informan de al menos nueve muertos y 16 heridos, diciendo que entre los heridos se encuentra también el gobernador de Kandahar, Hamayun Azizi, que está en estado crítico.
El portavoz del gobernador, Samim Khpolwak, ha confirmado a la agencia afgana de noticias Tolo News que el embajador de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), otro enviado del país árabe y el gobernador de Kandahar han resultado heridos en el estallido.
Kandahar governor, UAE ambassador wounded in twin blasts https://t.co/QAHzksmB8e pic.twitter.com/xfAVLZvBki
— Khaama Press (KP) (@khaama) January 10, 2017
De acuerdo con Khpolwak, que también resultó herido en el atentado, al menos cuatro árabes, que eran guardaespaldas de la misión emiratí, se encuentran entre los muertos que ha dejado la explosión.
Al anunciar que todos los heridos han sido trasladados a hospitales cercanos, los funcionarios afganos han declarado que el jefe de la Policía de Kandahar, el general Abdul Raziq, estaba también en la reunión cuando ocurrió el atentado, pero que salió ileso del mismo.
Hasta el momento, ningún grupo o individuo ha reivindicado la autoría del ataque, si bien estos atentados son normalmente perpetrados por el grupo armado Talibán o la banda terrorista takfirí EIIL (Daesh, en árabe).
No obstante, Kandahar no ha sido el único lugar donde, la jornada de hoy, ha tenido lugar un atentado terrorista, pues una doble explosión perpetrada por los talibanes en la capital afgana, Kabul, ha dejado al menos 38 muertos y 72 heridos, mientras que otro ataque suicida en Lashkargah (capital de la provincia sureña de Helmand) se ha saldado con siete muertos.
Está previsto el despliegue de unas 300 tropas estadounidenses en Helmand, según publicó el Departamento de Defensa de EE.UU. (el Pentágono), medida que, en opinión del portavoz del grupo Talibán, Zabiolá Muyahid, demuestra la derrota del Ejército de Afganistán y de las tropas norteamericanas de cara a la próxima primavera (boreal), cuando los insurgentes talibanes suelen intensificar sus ataques, sin embargo, aparentemente decidieron adelantar sus actividades insurgentes tres meses.
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