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Publicada: viernes, 24 de octubre de 2014 1:08
Actualizada: jueves, 10 de diciembre de 2015 9:34

El papa Francisco ha advertido este jueves de que "la corrupción es un mal más grande que el pecado", durante la audiencia a una delegación de la Asociación Internacional de Derecho Penal a quien dirigió un discurso centrado en los puntos que, en ese ámbito, interpelan a la Iglesia en su misión de evangelización y de promoción humana. "La escandalosa concentración de la riqueza global es posible a causa de la connivencia de los responsables de la cosa pública con los poderes fuertes. La corrupción, es en sí misma un proceso de muerte y un mal más grande que el pecado. Un mal que, más que perdonar, hay que curar", ha ratificado. El Pontífice también se ha detenido en las condiciones de los encarcelados, entre ellos, los presos sin condena y los condenados sin juicio afirmando que la prisión preventiva, cuando se usa de forma abusiva constituye otra forma contemporánea de pena ilícita oculta, más allá de la legalidad. Francisco habló también de la tortura y de otros tratos inhumanos y degradantes, afirmando que en nuestros días las torturas se administran no sólo como un medio para lograr un fin particular, tales como la confesión o denuncia -practicas características de la doctrina de la seguridad nacional - sino que constituyen un dolor añadido a los males propios de la detención. Por otra parte, ha lamentado la aplicación de sanciones penales a los niños y ancianos condenando su uso en ambos casos, así como algunas formas de criminalidad que hieren gravemente la dignidad de la persona y el bien común, entre ellas, la trata de personas y la esclavitud. Entre estas formas de criminalidad, ha citado también la pobreza absoluta en que viven más de mil millones de personas y la corrupción. eha/hnb